A veces la vida golpea fuerte desde el inicio y condiciona el destino de muchos chicos y chicas antes de que puedan empezar a visualizar su futuro.

Son muchos los y las jóvenes de nuestra ciudad que a los 18 años deben enfrentar en soledad y sin acompañamiento de su familia los desafíos de una vida autónoma, víctimas de la exclusión y la marginalidad, especialmente aquellos y aquellas que viven en hogares convivenciales sin el apoyo y cuidado de su familia o se encuentran atravesando un proceso penal.

Para acompañar el proceso de egreso de estos lugares y la construcción de proyectos de vida autónomos, existe el Programa provincial Autonomía Joven, que se implementa en nuestra ciudad a través de la Subsecretaría de Derechos, Igualdad y Oportunidades del Municipio.

El Programa es voluntario y está destinado a estos chicos y chicas entre 16 y 21 años que viven en los hogares de cuidado estatal o tienen una causa penal en curso.

En este espacio se les acompaña a construir un futuro distinto a partir del trabajo en distintas dimensiones de la vida de cada joven, procurando un acompañamiento integral: desde la salud y la educación, hasta la búsqueda de un lugar donde vivir y un empleo que les permita sostenerse, sin dejar de lado aquellas cuestiones emocionales que también les atraviesan.

Trabajo y vivienda, ejes clave en la autonomía

¨Nos encontramos con dos dificultades esenciales a la hora del egreso: dónde vivir y dónde trabajar. Es muy difícil para cualquier joven de 18 años poder encontrar un espacio de trabajo.

Pero es sin duda mucho más difícil para quienes comienzan su búsqueda sin demasiada formación, cursando aún el secundario, y sin contactos familiares. Sin embargo, si la comunidad se diera la posibilidad de conocerlos/las se encontrarían con jóvenes con compromiso y muchas ganas de sostener un empleo que les permita la estabilidad de pagar un alquiler y desarrollarse¨, consideró la Coordinadora de Autonomía Joven a nivel local, Lic. María Emilia

Vales.

Actualmente, el programa cuenta con dos proyectos de entrenamiento laboral donde pueden sumarse y tener un pequeño ingreso para sus necesidades, además de desarrollar algunas habilidades básicas para el empleo: el lavadero de autos y la venta de pizzas. Dos de los chicos lavan autos en la sede de Autonomía (Alsina y Rufino Fal) los días lunes, miércoles y viernes por la mañana. Por ahí han pasado ya varios jóvenes y algunos de ellos han accedido luego a un empleo formal.

Por otro lado, una vez a la semana, dos de las chicas que forman parte del Programa cocinan prepizzas junto a sus referentes. Con lo recaudado han comenzado a pagar un alquiler, como así también han podido tener su dinero para comprarse sus cosas o algún regalo para alguien querido en una fecha especial.

¨Construimos desde el vínculo afectivo¨

 

Cada joven que integra el Programa cuenta con un referente dentro del equipo interdisciplinario, quien acompaña su proyecto de autonomía personal.

¨En Autonomía Joven trabajamos desde el vínculo afectivo que se puede construir, y es un desafío poder acompañar desde ese lugar, procurando al mismo tiempo el encuadre profesional, porque somos la respuesta del Estado a un problema que se venía visibilizando hace años: que hay jóvenes con medidas de abrigo y causas penales que una vez alcanzada la mayoría de edad quedan por fuera de la protección estatal. Y en ese sentido tenemos un compromiso enorme con lo que hacemos¨, destacó la coordinadora.

También subrayó la ¨posibilidad de pensarse y reflexionar¨, que brinda el Programa en cuanto a la planificación de sus proyectos de vida, y los recursos con los que cuentan para acompañarles en este recorrido: ¨Tratamos de brindar las herramientas para una vida autónoma, que no se alcanza de un momento a otro sino que es un camino progresivo, de años, e implica muchas dimensiones, por eso intentamos hacer un acompañamiento integral, y en este sentido, la presencia del Programa puede cambiar la vida de cada joven, el saber que cuentan con un espacio, que tienen un lugar, que cuentan con nosotros y nosotras y el saber que contás con otros y otras, te cambia para siempre. Además brindar la posibilidad de proyectar y reflexionar sobre las decisiones que toman en su vida diaria les ayuda mucho a crecer, a madurar de manera progresiva y en compañía y eso es fundamental¨.

Un cambio de vida

 

Fiamma tiene 19 años, forma parte del Autonomía hace alrededor de dos años. En ese momento vivía en el Hogar de Niñas San José y referentes del Programa fueron a visitarla para tratar de que se acerque al espacio, y comenzar a trabajar en lo que sería su egreso institucional al cumplir los 18.

Luego de unos meses fue a una actividad convocada por el Programa y al poco tiempo empezó a ir a la sede y compartir espacios con el grupo, como el Consejo Juvenil y la Comunidad San Vicente con la cual articulan actividades.

¨…Me cambió un montón, si no hubiese estado en Autonomía no hubiera terminado la escuela por ejemplo, me sirvió mucho, me fui a vivir sola, empecé a trabajar en Envión, participé de muchos emprendimientos, en el verano trabajé en Estudiantes y me pude pagar el alquiler…¨, siempre con el acompañamiento de referentes que allanaron el camino y generaron los nexos para facilitar el contacto.

Matías es otro de los jóvenes que integra Autonomía desde sus inicios. A sus 17 años, pudo sobrellevar muchas situaciones difíciles que le tocó atravesar en su vida, y hoy puede visualizar un horizonte más saludable gracias a su experiencia en Autonomía.

¨En mi vida significó mucho, es muy importante, me dieron apoyo en varios aspectos, me ayudaron a reflexionar sobre cosas de la vida que cuando no conocía Autonomía no me las puse a pensar, me aconsejaron muy bien y me acompañaron…si no hubiese conocido Autonomía hubiese sido muy diferente mi vida…hubiese seguido con los conflictos familiares, estaría en la calle, haciendo cosas malas, o encerrado…¨, confiesa Maty.

Cada mañana se levanta temprano y va hasta la sede de la Subsecretaría de Derechos, Igualdad y Oportunidades del Municipio donde funciona el Programa y pone en marcha el emprendimiento de lavadero de autos que tiene junto a su compañero Alejandro.

Con brillo en su mirada destaca el logro del trabajo fruto de sus propias manos y tiempo dedicado a la tarea: ¨La plata me la gané yo, por eso tiene un valor emocional para mí, es mi sacrificio y poder ganarlo es muy importante y poder decidir lo que hago con eso¨, dice.

¨Autonomía aparte de ser un programa es una familia”

 

Alejandro tiene 17 años, comenzó a participar del Autonomía hace alrededor de dos años, cuando Emilia, la coordinadora del Hogar Casa del Adolescente donde vivía le comentó del Programa.

¨Arranqué hace dos años, probando a ver si me gustaba, Emi me comentó y comencé a venir. Me han ayudado en lo familiar y en lo personal, Autonomía aparte de ser un programa es una familia para mí… no lo podría describir de otra manera¨, describe emocionado.

Con respecto a su trayectoria de vida, hace un balance positivo de sus avances y de lo que ha significado en su crecimiento personal: ¨Arranqué a los 15, me sirvió para madurar, saber abrirme, expresarme, eso es un gran logro, porque a mí de chico me enseñaron que los sentimientos no los muestro, y tener otro punto de vista de la vida me ha ayudado mucho, y siempre me he sentido acompañado, siempre que he necesitado hablar puedo hablar con cualquiera de los referentes¨, cuenta.

Y este crecimiento no sólo implica logros materiales y decisiones que cambian el curso de la vida, sino avances en lo personal que tienen que ver con encontrarse con las emociones y reconocerse en este proceso afectivo junto a otras personas.

La subsecretaria de Derechos, Igualdad y Oportunidades, Lic. Dolores Muro, realizó un balance positivo del Programa a dos años de su funcionamiento, y destacó el compromiso de sus integrantes en este recorrido: ¨Es muy gratificante ver los logros de cada joven en este camino en el que son protagonistas de sus vidas, y puedo verlo en el día a día porque el programa funciona en la sede donde desarrollo mi trabajo cotidiano. Como recurso novedoso, la ley de egreso vino a salvar una necesidad que teníamos hace años y esto nos brinda herramientas para acompañar a estos chicos y chicas a visualizar horizontes saludables que les permitan construir proyectos de vida distintos a los contextos problemáticos que les ha tocado atravesar”.

“Y sin dudas, generando oportunidades podremos avanzar en este sentido hacia la inclusión genuina, a la vez que sostenemos y fortalecemos el acompañamiento de cada joven en su tránsito hacia la vida adulta¨, concluyó.