En los últimos días del mes de noviembre, desde el Juzgado de Faltas, a cargo de la Dra. María Celia Alem, se dieron a conocer las cuatro nuevas sentencias dictaminadas en base a las actas ingresadas por casos de alcoholemia, que fueron comprobados en el marco de los operativos de control vehicular de rutina.

Según se pudo saber, la multa más severa recayó sobre un infractor reincidente, quien deberá cumplir un plazo de 27 meses sin conducir y pagar una importante multa económica.

Se trata de un hecho registrado el viernes 22 de noviembre, a las 06:48 horas, que requirió la presencia de personal Dirección de  Acción y Control Urbano, a raíz de una colisión sin heridos.

En el lugar, se procedió a efectuar control de alcoholemia sobre el conductor de un vehículo, habiendo constatado un porcentaje de 2,46% g/l de alcohol en sangre.

Asimismo se constató la falta de licencia habilitante para conducir, falta de cédula identificadora del vehículo, falta de seguro vigente y el conductor circulaba sin cinturón de seguridad.

Tras el descargo, se comprobó desde el Juzgado que recaía sobre dicho conductor, una sentencia anterior por alcoholemia, con  una sanción de inhabilitación para conducir, la cual se encontraba vigente

Mientras que para los restantes tres casos, las multas económicas oscilan entre los 20.000 y 27.000 mil pesos, con plazos sin conducir que van desde los 12 a 18 meses.

El sábado 2 de noviembre, a las 02:46 horas, se detectó a un conductor con 1,21 g/l, quien deberá pagar una multa de 21.536 pesos y cumplir un plazo de 12 meses sin manejar.

El mismo día, a las 19:47 horas, se comprobó que otro conductor tenía un porcentaje de alcohol en sangre de 1,66 g/l. En este caso deberá pagar una multa de 26.920 pesos, con una inhabilitación de 18 meses para circular.

El último caso de 1,23 g/l, ocurrió el pasado domingo 24 de noviembre, alrededor de las 07:00 horas, por lo que el automovilista deberá abonar una sanción económica de 23.555 pesos. El plazo sin conducir que le corresponde es de 12 meses.

Los controles de alcoholemia se llevan delante de manera habitual, tanto de manera diurna como nocturna, con el objetivo  de generar mayor concientización sobre los riesgos que conlleva el consumo excesivo del alcohol y prevenir siniestros viales.

Desde el Municipio, más allá de los niveles permitidos, se hace hincapié en tolerancia cero al volante, porque debe considerarse que aún en concentraciones menores el alcohol produce importantes consecuencias en el organismo, generando alteraciones en el comportamiento y disminuyendo la capacidad de capacidad de conducir de manera idónea.

En todos los casos, el consumo excesivo provoca consecuencias, sobre las funciones psicomotoras, sobre la visión del conductor y sobre el comportamiento y la conducta.

El conductor experimenta un falso estado de euforia, seguridad y confianza en sí mismo, apareciendo un desprecio por el peligro y una tendencia a transgredir las normas.