El Museo Municipal Hermanos Emiliozzi cuenta con un patrimonio de piezas que pertenecieron a los legendarios Gringos. Desde la apertura de la institución, dicho patrimonio se fue incrementando con donaciones de la familia, vecinos del partido de Olavarria, y también de esa enorme hinchada que Dante y Torcuato sembraron en todo el país. De esta manera, la historia se refuerza y sigue viva para los miles de visitantes que pasan a diario por el Museo.
En este contexto, nuevos e importantes objetos se suman al patrimonio, donados por la generosidad de la familia Emiliozzi. Estas piezas serán parte de una nueva propuesta expositiva dentro del Museo, y se encontrarán en exposición permanente a partir del viernes 17 de junio, dando un nuevo recorrido histórico que ofrecerá a los fanáticos y curiosos un relato de los hermanos Emiliozzi por fuera de los autos de carrera: Las pasiones de Dante y Torcuato.
Entre los objetos donados que se encuentran: un emblemático taco de billar construido por Torcuato, así como también una raqueta y caña de pescar de su pertenencia. Además, fueron donadas fotos históricas familiares, recorte de diarios, plaquetas, medallas y trofeos muy significativos: el último que ganó Torcuato cuando corría en Ford T y un trofeo de la Vuelta de Tres Arroyos de 1956.
Por otro lado, se suma a esta importante donación, un taco de billar entregado al museo por el Sr. Pedro Gandini, vecino de nuestra localidad, quien gracias a su gran amistad con Torcuato “Tito” Emiliozzi recibió por parte del mismo este importante taco que se encontrará en exhibición.
“Espero que esta pieza, y la descripción de la misma, sirva para que la gente que visite el Museo conozca una veta no tan conocida de un genio de la mecánica” contó con mucha emoción Pedro Gandini.
La historia de estos tacos de billar, tienen su particularidad y un asombroso trabajo realizado por Torcuato Emiliozzi. Ambos son una copia fiel de un taco de origen francés, de la marca Hiolle, referenciada en aquel momento como la mejor del mundo. Torcuato lo utilizaba para jugar al billar con sus amigos en el Club Español de Olavarría.