Hace dos semanas, en el quirófano del Hospital Municipal “Héctor M. Cura”, se realizó una cirugía de tumor de fosa posterior a un paciente alérgico al látex. Esta patología determinó que desde el mes de junio (momento en que el equipo se anoticia de la intervención) se activara un protocolo especial que se utilizó durante toda la estadía del paciente en el nosocomio.

“Fue una cirugía muy compleja, que no realiza ningún privado de la ciudad y que se hace en pocos privados del país. Y nosotros la hicimos en nuestro Hospital, con una complejidad logística y de insumos que afrontamos como trabajamos siempre: de la mejor manera posible. Al equipo le llevó mucho tiempo preparar los insumos requeridos, porque pensaron en todos los escenarios y complicaciones posibles”, sostuvo el subsecretario de Salud Christian Waimann.

El joven operado tiene 17 años y actualmente se encuentra en buen estado de salud. Fue su neurocirujano el que informó sobre la alergia al equipo del Hospital, que realizó un análisis de la cirugía en sí, los pasos de la técnica quirúrgica y la utilización de todo el material látex free que se requería en cada uno de los servicios que se utilizasen: tubo endotraqueal, oxímetro de mesa de anestesia, jeringas, guías de suero, agujas o guía de bomba de infusión, por dar algunos ejemplos.

“Hay un protocolo que se tiene que hacer en Clínica Quirúrgica, en Quirófano y en Terapia, que es a dónde va el paciente en los primeros momentos después de la cirugía”, relató María José Ojeda, la coordinadora del Quirófano del Hospital Municipal.

“La cirugía tiene un protocolo: tiene que ser la primera del día, en un quirófano limpio (quiere decir en el quirófano donde se realizan las cirugías que no son contaminadas) y se hace una limpieza completa -12 horas antes- con el personal de limpieza usando guantes de nitrilo y material látex free. Se hace la limpieza, se cierra el quirófano, se retira todo y solamente queda lo imprescindible dentro. Ese quirófano no se usa más hasta el otro día, y al otro día, dos horas antes que entre el paciente, se realiza otra limpieza completa, quedando lo imprescindible dentro de quirófano y un carro donde se encuentra todo lo que vamos a usar. Todo, por supuesto, látex free”, explicó.

En el día de la cirugía, el paciente fue trasladado por un camillero desde Clínica Quirúrgica hasta el Quirófano en una camilla cubierta con tela, para que el cuerpo no tenga contacto con nada que contenga látex. El camillero utilizó guantes de nitrilo para el traslado. Lo mismo ocurrió al momento del retiro del paciente del quirófano.

“El equipo quirúrgico fue mínimo: una vez que entró el paciente a quirófano, no salimos más. El equipo quirúrgico constó de cirujano y ayudante, anestesista, técnico de anestesia, instrumentadora e instrumentadora circulante -por fuera del quirófano- asistiendo a lo que falte, también usando guantes sin látex”, indicó María José Ojeda.

El mismo protocolo que se utilizó dentro del quirófano, fue usado en los demás servicios que recorrió el paciente durante toda su estadía en el Hospital Municipal, desde el Consultorio Externo, los estudios realizados o incluso la comida que se le brindó. Todo el personal en contacto con él utilizó guantes de nitrilo y el paciente tuvo un brazalete de alerta para su mejor identificación.

 

 

 

*Imagen ilustrativa*