Tal como ocurre cada año durante la temporada estival, la Dirección de Bromatología intensifica las inspecciones en natatorios de actividad comercial, en el marco de los controles de rutina para mantener y mejorar la salud pública.
Durante los controles se hace hincapié en determinar los niveles de cloro y pH en el agua de piletas y piscinas. Durante el mes de enero del corriente año fueron inspeccionados un total de 31 establecimientos, se tomaron 68 muestra de agua de piletas, 33 de agua para consumo y 12 de cloro líquido.
Este tipo de controles en natatorios responden a que el agua, ya sea de las piscinas como para el consumo, puede participar en la transmisión de diversas enfermedades como otitis, conjuntivitis y diversas infecciones intestinales. El cloro dosificado en los valores recomendado (04, y 1,5 ppm) mantiene el agua libre de bacterias causantes de enfermedades, ya que su función es destruir estos microorganismos.
No es aconsejable que los niveles de cloro se encuentren en valores mayores a lo estipulado, dado que puede resultar tóxico para las personas; en tanto que niveles por debajo de lo establecido permiten el desarrollo bacteriano.
El valor de pH es el que influye directamente en la efectividad del cloro: el pH recomendado oscila entre 7,2 y 7,8. En mayor o menor medida, la efectividad del cloro como germicida disminuye.
Finalmente, la Dirección de Bromatología informa a los propietarios de los natatorios inspeccionados que los resultados de los análisis deben ser retirados de dicha Dirección, de lunes a viernes de 07:30 a 13:30.