La Dirección de Atención Primaria de la Secretaría de Salud, informa que en los próximos días dará inicio un ciclo de charlas, orientadas a familias de niños y niñas en edad escolar. Tales charlas se desarrollarán en distintos establecimientos educativos; y tienen como objetivo concientizar acerca de la importancia de una alimentación saludable en edades tempranas; para prevenir enfermedades a futuro producto del sobrepeso y la obesidad.
Dichas condiciones se han incrementado de manera alarmante en las últimas décadas, lo que ocasiona que se presenten con mayor frecuencia patologías como: hipertensión, diabetes 2, hipercolesterolemia, insulino resistencia. El mayor peso corporal predispone a los niños a muchas complicaciones médicas de la obesidad que se observan en adultos.
Se registran períodos críticos para el desarrollo del sobrepeso: uno de ellos es el período prenatal (desde la gestación hasta el primer año de vida). El aumento del peso del feto o su madre por encima de lo esperable, la diabetes gestacional, aumenta la susceptibilidad a obesidad en etapas posteriores de la vida.
El segundo se vincula al rebote adipositario que ocurre entre los 5 y 7 años, aumentando la grasa corporal total. Cuando este rebote comienza a edades tempranas ocasiona mayor probabilidad de incremento del IMC a futuro.
Asimismo, la pubertad es el período de gran vulnerabilidad para el desarrollo de obesidad. Niño/as acumulan grasa en tronco pudiéndose acrecentar la insulino resistencia fisiológica y determinar un aumento de peso.
Si bien la obesidad puede ser endógena (es decir, asociada a otras patologías), puede ocasionarse de manera exógena, por una nutrición deficiente, la cual incluye un exceso en el consumo de comida rápida (alimentos preelaborados, gaseosas, jugos concentrados – ricos en azúcares -). En este sentido, ha disminuido notablemente el consumo de de frutas y verduras, por costo y/o practicidad.
Otra de las causales exógenas tiene que ver con realizar un número excesivo de comidas a lo largo del día.
El sedentarismo empeora las problemáticas asociadas a una alimentación deficiente.
Las consecuencias que la obesidad puede generar a corto o mediano plazo son las siguientes: enfermedades cardiovasculares: dislipemia, hipertensión, problemas pulmonares: asma, intolerancia al ejercicio, apnea de sueño; inflamación crónica, diabetes tipo 2, pubertad precoz, menarca adelantada, enfermedad hepática.
Para un adecuado tratamiento de esta condición, se requieren tres pilares fundamentales: orientación nutricional, actividad física y cambio de hábitos. Por ello, durante la charla, profesionales de la nutrición que integran el equipo de APS ofrecerán pautas de alimentación y hábitos saludables, así como también compartirán recetas para realizar en familia.