El Bioparque Municipal “La Máxima” colabora en la búsqueda de dos especies endémicas de lagartijas las Sierras de Tandilia, en el marco del Programa de Conservación de Reptiles.

Desde La Máxima se realizan aportes a la investigación del Licenciado en Biología, David Vera (de la ciudad de  La Plata), quien está desarrollando su Tesis de Doctorado en  Ecología Espacial y prioridades de conservación en reptiles nativos que habitan relictos de pastizal en el sistema serrano de Tandil.

Es importante para el Bioparque, encargado de trabajar en la conservación de las especies, poder concentrar todos los esfuerzos en la búsqueda de estas especies endémicas, que podrían encontrarse en el Partido de Olavarría.

La primer acción de conservación es conocerlas, saber que existen y que debemos conocerlas comprenderlas y cuidarlas.

Antecedentes

En Argentina, el ecosistema pampeano ocupa una superficie de 460000 km2 y se localiza en el centro este del país (Cabrera, 1976; Burkart et al., 1994). La aptitud de la pampa para el uso agropecuario ha determinado una temprana ocupación por ganaderos y agricultores.

En la actualidad, casi la totalidad de las tierras con aptitud agrícola han sido convertidas en campos de cultivo (León et al., 1984). Este proceso conllevó a la partición de los hábitats naturales y el consecuente aislamiento de los ‘’fragmentos’’ remanentes, proceso que es conocido generalmente con el nombre de fragmentación (Wilcox, 1980).

Una de las principales consecuencias biológicas de la fragmentación es que los relictos resultantes de este proceso son incapaces de sostener poblaciones viables de muchas especies originando una pérdida de la biodiversidad (Bilenca & Miñarro, 2004). Con la desaparición del pastizal pampeano, varias especies animales se extinguieron o vieron diezmadas sus poblaciones. Entre los grupos más afectados se encuentran muchas especies de vertebrados nativos, incluidos anfibios y reptiles que, por su baja capacidad de desplazamiento son más sensibles a los disturbios en el hábitat.

Los reptiles están enfrentando una crisis global de biodiversidad, la cual se expresa en declinaciones poblacionales y extinciones locales de muchas especies, principalmente causadas por disturbios antrópicos (Gibbons et al., 2000).

En este contexto es necesario promover el desarrollo de estrategias de manejo orientadas a conservar estas especies y sus hábitats. Sin embargo, para muchos ecosistemas nativos no existe al momento un conocimiento de base que permita comprender los patrones de diversidad y uso del espacio por parte de reptiles nativos. Esta situación es especialmente evidente en algunos sectores de pampas fuertemente fragmentados como es el caso de los pastizales serranos del sistema de Tandilia.

Los pastizales serranos del sistema de Tandilia se presenta en forma de islas o relictos con diversos grados de disturbio. Estos relictos sustentan una alta biodiversidad, que incluye más de 450 especies de plantas nativas, muchas de las cuales son endémicas (Kacoliris et al., 2013).

Considerando la herpetofauna actualmente estos relictos sustentan dos reptiles endémicos, la lagartija Liolaemus tandiliensis y L. absconditus (Vega et al., 2018) además de muchas serpientes que hacen uso de estos ambientes.

La lagartija Liolaemus tandiliensis se encuentra con categoría de amenaza según la última categorización nacional de lagartijas (Abdala et al., 2012). Debido a su particularidad ecológica y su alta biodiversidad (Schwerdt et al., 2014) estos relictos han sido clasificados como Áreas Valiosas de Pastizal para Sudamérica (Bilenca & Miñarro, op. cit.).

A pesar de esto, los pastizales serranos de Tandilia aún carecen de áreas efectivamente protegidas (Bilenca & Miñarro op. cit.) y se encuentran amenazados por diversos factores.

Entre los factores asociados a la pérdida de biodiversidad se destacan las especies vegetales exóticas invasoras que interfieren en el crecimiento de pastizales, afectando la presencia de reptiles nativos (Kacoliris, op. cit.). Además, la expansión urbana y de caminos asociados sin regulaciones claras, acentúan la degradación, fragmentación y aislamiento de los relictos de pastizal promoviendo la pérdida de biodiversidad (Cepeda et al., 2013).

Otro de los factores es que, desde tiempos históricos, los reptiles han sido protagonistas de mitos, historias y creencias populares donde se los presenta como seres peligrosos, la mayoría de las veces sin fundamentación alguna (Carman, 2014).

Una de las creencias más populares es que todas las serpientes son venenosas y/o peligrosas. Esta afirmación es errónea y muchas veces concluye con la matanza de especies de culebras totalmente inofensivas. Además, otro problema es la falta de conocimiento por parte de las comunidades locales sobre la biodiversidad propia del lugar y su correcta identificación. Consecuentemente, varias especies de culebras son mal identificadas como especies peligrosas (yarará).

En la actualidad, a pesar del avance científico, que muchas veces se ha ocupado de erradicar los mitos acerca de ellos, se continúa dando crédito a estas creencias populares.