En la mañana de este martes el intendente municipal Ezequiel Galli visitó la Casa del Adolescente, en una actividad en la que estuvo acompañado por la subsecretaria de Derechos, Igualdad y Oportunidades Valeria Chiramberro y la directora de Niñeces y Adolescencias Mariana Sabattini.
En el lugar fueron recibidos por trabajadores del espacio, que se constituye en uno de los tres hogares convivenciales con los que dispone la Municipalidad de Olavarría. Los restantes, destinados para las infancias, son Peñihuén y Namasté.
Estos lugares tienen como objetivo no sólo el acogimiento y cuidado de las personas, sino brindar una formación integral, satisfaciendo las necesidades básicas para la crianza y atendiendo a la afectividad como parte del encuadre.
Los tres hogares forman parte de una red con la que trabajan de manera articulada y conjunta, integrada por instituciones estatales, organizaciones de la sociedad civil y entidades comunas, que integran el Sistema de Protección Integral de Derechos.
El jefe comunal recorrió el lugar y compartió un momento con los adolescentes, además del personal que allí se desempeña. En la ocasión Galli puso el acento en la importancia de la labor que se lleve a cabo en los hogares convivenciales, tanto desde el acompañamiento como así también en la formación de los chicos.
Estos espacios convivenciales están compuestos por equipos interdisciplinarios y educadoras que acompañan las cotidianidades de los chicos y chicas que allí habitan, desde una mirada inclusiva de las realidades que atraviesan, tratando de satisfacer las necesidades en materia de derechos, cuidado y afecto, al tiempo que trabajan la revinculación con las familias.
“La afectividad es uno de los pilares fundamentales de la crianza respetuosa, lo cual es fundamental para el desarrollo integral y la salud mental de niños, niñas y adolescentes. Con esta premisa trabajamos desde Hogares, ofreciendo un espacio que atienda y respete las subjetividades de cada una de las personas, apuntando a un cuidado de calidad”, sostuvo la directora de los tres hogares Mariana Sabattini acerca de este aspecto fundamental para el abordaje y acompañamiento de niñeces y adolescencias.
Por su parte, Julio, coordinador del Hogar Casa del Adolescente expresó que “es el amor el hilo conductor para construir el vínculo y desde ahí abordar las situaciones que haya que abordar, y pensar las estrategias e intervenciones, generando los espacios de escucha necesarios para los chicos, corriendonos del adultocentrismo y dándoles el espacio para que puedan ser escuchados, observados, desde el amor, el afecto, el cuidado, así se trabajan las cuestiones que van surgiendo cotidianamente”.
Más allá de la formación o función de cada integrante de su equipo, Julio sostuvo que ¨todo parte desde el afecto, es la principal herramienta y el encuadre para generar y construir el vínculo y desde ahí pensar las estrategias e intervenciones para con los chicos¨.
“Formar parte del equipo del Hogar Casa del Adolescente es un privilegio, es algo que disfruto mucho, es un aprendizaje constante y recíproco con los adolescentes, vamos aprendiendo a la par un montón de cuestiones, y ese aprendizaje, la experiencia de trabajar en casa del Adolescente en lo personal aporta muchísimo porque uno se va llenando de herramientas que aplica en cualquier faceta de la vida”, concluyó.
Muchos de los niños, niñas y adolescentes que residen en los hogares están separados de su familia de origen y residen allí a raíz de medidas de abrigo adoptadas por el Servicio Local de Protección y Promoción de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, amparadas por la legalidad que le otorgan los Juzgados de Familia que dictaminaron el acogimiento institucional para proteger algún derecho vulnerado en ese núcleo.
Al respecto, la subsecretaria de Derechos, Igualdad y Oportunidades, Valeria Chiramberro, señaló que “se trabaja con las familias haciendo todo lo posible para que permanezcan junto ellas, se consideran las situaciones desde el enfoque integral de derechos, articulando recursos para abordar las situaciones de exclusión y vulnerabilidad social subyacentes”.
En muchos casos, “se puede revincular con las familias, luego de un proceso de apoyo y acompañamiento sostenido en el tiempo, donde pueden apreciar avances y la restitución de derechos anteriormente vulnerados. El punto es fortalecer esos procesos y respetar siempre las particularidades de cada familia, pero considerando ciertos factores que den cuenta del cuidado y el bienestar integral de los niños, niñas o adolescentes”, agregó Chiramberro.
Cuando luego de un trabajo sostenido en corresponsabilidad con el Servicio Local desde varios aspectos no pueden asegurar ciertas condiciones que garanticen un ambiente seguro y óptimo en términos de derechos, bienestar y desarrollo saludable libre de violencias, “el Servicio Local sugiere la adoptabilidad de ese niño, niña o adolescente, que no se decide arbitrariamente, ni es un proceso de un día para el otro, sino que forma parte de un abordaje integral llevado adelante por un equipo interdisciplinario, y donde interviene la Justicia y otros organismos del circuito de protección integral con los que trabajamos, no son decisiones unilaterales, y quien determina en última instancia es el Juzgado¨, indicó.
La importancia de las educadoras en las vidas de los chicos y chicas que viven en los hogares
Cada día decenas de educadoras rotan su turno en los hogares para acompañar las trayectorias de los niños, niñas y adolescentes que viven en ellos. No sólo planificación de actividades cotidianas se conjugan en las rutinas, sino que la afectividad y la importancia de vínculo que se crea en este ámbito es muy importante para el bienestar de cada uno y cada una de ellas.
Con respecto al rol significativo que cumplen, la directora de Niñeces y Adolescencias Mariana Sabbatini subrayó que “las educadoras son parte fundamental de este sistema, ellas ponen a diario su compromiso, acompañando afectivamente y brindando herramientas para un desarrollo integral saludable, son las que le ponen el corazón y el cuerpo a diario a esta compleja y gratificante tarea. Nuestro reconocimiento y gratitud por todo lo que aportan a diario a estos niños, niñas y adolescentes, con la convicción de que un cambio positivo es posible”.