Espacio Adolescente es un Centro de Día Municipal que cuenta con más de 25 chicos y chicas -de entre 12 y 18 años- y está ubicado en Ituzaingó al 100.
El Espacio abre sus puertas en el horario de 8 a 15:45 horas y se desarrollan talleres productivos como huerta, peluquería, tallado, artes y cocina, entre otras.
El intendente Ezequiel Galli visitó el espacio, en el que funciona el taller de reparación y restauración de bicicletas. Estuvo acompañado por el secretario de Desarrollo Humano y Calidad de Vida Diego Robbiani y la subsecretaria de Derecho, Igualdad y Oportunidades Valeria Chiramberro.
La propuesta se pensó y comenzó a desarrollar durante la Pandemia por Covid19 cuando el transporte urbano estaba interrumpido por cuestiones sanitarias, lo cual dificultaba llegar hasta la sede del Centro de Día.
Por esta razón, “el equipo de trabajo comenzó a reparar pocas bicicletas que conseguimos -a modo de préstamo y donación- para que los chicos pudiesen tener sus bicis y lo que se pensó como una demanda, como una necesidad puntual, terminó dando forma a un taller para que los chicos aprendan y puedan armar sus propias bicicletas”, señaló el coordinador de Espacio Adolescente, Jerónimo Olguín.
Esta iniciativa es llevada adelante por el trabajador social del espacio, y parte del equipo de trabajo del Centro de Día, y tiene como objetivo que todos los chicos puedan reacondicionar y tener su propia bici, las cuales se reciben de donaciones o colaboraciones de parte de la comunidad. Asimismo, algunas de las bicicletas quedan en la institución para la realización de actividades.
Quienes deseen colaborar con este proyecto, pueden hacerlo poniéndose en contacto con la Subsecretaría de Derechos, Igualdad y Oportunidades al teléfono 420863, o acercarlas a Alsina 4180. Todas las donaciones serán bien recibidas y se agradece el aporte de la comunidad.
En lo que refiere a la actividad del Centro en si, tal como cuenta su coordinador Jerónimo Olguin: “a través de las distintas propuestas trabajamos lo terapéutico en cuanto a la contención de nuestros chicos. Ellos provienen, tanto de la zona cercana como de otros barrios; y de la diversidad de estos jóvenes, trabajamos la individualidad de cada uno de ellos, porque sabemos que hay mucha vulneración en distintos aspectos, y lo fundamental del Centro de Día es poder brindarles en lo cotidiano, la contención, ayuda y herramientas que quizás no puedan conseguir en su casa, o en el barrio, o hasta mismo en la Escuela”.
“También somos una propuesta que atiende a la subjetividad, que se va reformulando con el cambio de población misma. Un ejemplo, hoy en día vemos que por ahí con la cuestión educativa hay un montón de dificultades. Entonces se pensó en la incorporación de un apoyo para que puedan hacer las tareas, o sea, como que cada situación se va pensando y en base a eso vamos armando también la propuesta que podemos ofrecer”, indicó la directora de Niñeces Mariana Sabatini: “constantemente nos replanteamos nuestro lugar y lo que estamos haciendo, para mejorar y transformar en base a las necesidades”.
Respecto a cómo llegan los chicos y chicas al Espacio, tiene que ver con la demanda de distintos lugares, como las Escuelas, donde piden alguna vacante o, a veces, es demanda espontánea “porque hay un amiguito que conoce, porque hay otro que ya transitó por el Espacio y porque el hermano vino, o a veces también recibimos a través del Servicio Local. Ahí se hace una entrevista en la que nosotros contamos de las características del lugar, y ellos nos cuentan también qué es lo que se imaginaron o cómo se proyectan en la Institución y en base a eso vamos organizando”, remarcó Olguin.
Asimismo, Mariana señaló que el proceso dentro de la Institución se va desarrollando a medida que los chicos y chicas se van adaptando: “empiezan a tener otros intereses, entonces también todo ese acompañamiento que se hizo los preparó para eso, pero no hay un tiempo estipulado de permanencia en el lugar. Son estos tiempos subjetivos donde uno trata de de acompañar y aportar para que estén lo mejor posible y que se lleven algo de todo lo que nosotros podemos brindar”.
“Con el equipo tenemos como premisa que del otro lado hay una persona, hay una vida, hay una historia y a partir de ahí, ponerte la mochila para poder salir a acompañar y a trabajar con ellos”, resaltaron Jerónimo y Mariana.
Y remarcaron: “nuestro anhelo sería que todas y todos tengan oportunidades, y creo que después hay parte de responsabilidad nuestra y de ellos y de ellas en poder hacerlas propias”.
Desde el Centro de Día se prioriza el contacto con la naturaleza, la amistad, el compañerismo, el acompañamiento profesional, los juegos y mucho afecto, se conjugan en este lugar para acompañar a los chicos que asisten a este Centro con la intención de mejorar su vida y salir adelante de las realidades que a veces les llevan hasta allí.
Historias
En el Espacio, los jóvenes están permanentemente acompañados por un equipo de profesionales, operadores sociales, coordinador, cocineros y personal de limpieza que trabajan en un ámbito familiar.Como dice Gastón Leguizamón, quien hace ocho años que trabaja en el lugar: “creo que encontré mi lugar de trabajo y me encanta. Llegar a los chicos, trabajar en equipo y creer en los jóvenes, tratar de mejorar su calidad de vida y que entiendan que se puede vivir mejor, con amor, con responsabilidad, con límites. Creo que vamos por el camino correcto de darle la posibilidad a los chicos y principalmente a los jóvenes para un futuro, un futuro mejor, que se puede siempre”.Por su parte, Tomás, hace nueve años que concurre al Espacio y rescata que siempre fue, que nunca faltó. “Me empezó a gustar y empecé a venir todos los días. Me gustan las actividades y cuando estoy triste me ayudan. Es un lugar donde me escuchan y me siento tranquilo. Sí se diera la oportunidad me gustaría poder trabajar acá”.