Desde hace muchos años, el Bioparque Municipal “La Máxima” trabaja en diferentes programas de conservación. Semanas atrás se realizó la segunda reintroducción de animales más importantes en la historia del espacio, a través de un trabajo en red y comunitario llevado adelante con la organización “The Conservation Land Trust” (CLT) -ahora Rewilding en Proyecto Iberá.
El coordinador veterinario de The Conservation Land Trust (CLT), Gustavo Solís sostuvo que “trabajar en la Fundación Rewilding Argentina es sumamente gratificante para nosotros, ya que al trabajar en la restauración de ecosistemas, por un lado beneficiamos al ecosistema y a todas las especies que allí habitan; y por otro lado también se beneficia la economía local, mediante el turismo de naturaleza. Es muy gratificante este trabajo”.
Al respecto del trabajo en el corriente 2020, consideró que “en época de pandemia se dificultó bastante una parte de nuestro trabajo, como el rescate de fauna o el traslado de fauna de distintas instituciones hacia nuestro proyecto. Hubo momentos en que se paró por completo la actividad en distintas Direcciones de Fauna. Por suerte, hacia fin de año, se destrabó bastante y estamos poniéndonos al día con los traslados que teníamos pendientes”.
“En La Máxima fuimos a buscar pecaríes de collar que forman parte de un proyecto de reintroducción. Una etapa se cumple en el Bioparque: reproducción y cuidados de estos animales. La otra parte la cumplimos nosotros, la liberación y el posterior monitoreo en la naturaleza de estos animales”, explicó.
Solís también se refirió al proyecto de conservación de guacamayos rojos y en este sentido resaltó que “hace muchísimos años que trabajamos en conjunto con La Máxima. Con la primera especie que empezamos a trabajar fue con Guacamayos Rojos. La Máxima los reproduce con mucho éxito, los cuida y nosotros nos encargamos de la etapa posterior de entrenamiento, liberación y monitoreo de esta especie en la naturaleza”.
Además adelantó que “dentro de un tiempo comenzaremos a trabajar, de la misma manera, con el tapir. Esas son las especies con las que nosotros estamos vinculados a La Máxima en Proyectos de Conservación”
Concretamente agregó que “en el caso del proyecto de reintroducción de pecaríes de collar, es un proceso largo que inicia en diversas instituciones, que mantienen planteles reproductores de esta especie luego son incorporados al proyecto y nosotros primero lo hacemos pasar por una cuarentena, donde se les hace un exhaustivo chequeo sanitario. Una vez que superan dicha revisión con éxito, se los evalúa respecto a su comportamiento para ver si son aptos para vivir en la naturaleza”.
“Luego se procede a la liberación, donde se los monitorea Y de esta manera podemos evaluar su éxito en la naturaleza, podemos evaluar las crías que tienen, se les puede hacer un buen seguimiento y cuidado a los ejemplares”, concluyó Gustavo Solís.
El pecarí de collar es uno de los principales frugíferos silvestres del norte argentino, que cumple un rol importantísimo para que los bosques se regeneren, por su función de dispersores de semillas. Además son piezas claves, como presas, en la cadena alimenticia, para que la liberación del yaguareté sea exitosa.
El pecarí de collar o morito está catalogado en la lista roja como una especie de “preocupación menor” en el mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la autoridad mundial en cuanto al estado de los recursos naturales. Sin embargo, en nuestro país esta especie se considera “extinta” desde el siglo XX en la provincia de Corrientes, Entre Ríos, buena parte de Santa Fe, Sur de Córdoba y el sudeste de Santiago del Estero.
El programa de Conservación del Pecarí de Collar se desarrolla desde hace más de 13 años, en Alianza con CLT (Conservation Land Trust) y otras reservas y zoológicos provinciales, como la Reserva del Tigre y Granja los Pibes en Tandil, el Zoológico de La Plata y el Ecoparque América, contando con el apoyo de la Dirección de Fauna Provincial de Buenos Aires.
El Pecarí de Collar se constituye en un eslabón indispensable en el ecosistema de la Reserva del Iberá por todo lo antes mencionado, por lo cual este programa busca devolver a los esteros a los pecaríes que desaparecieron, ya sea por acción de la caza indiscriminada o por destrucción del hábitat.
Todo el proceso de reintroducción de especies es avalado por criterios científicos. En el caso del pecarí, por ejemplo, debe constatarse que no haya otras poblaciones de la misma especie en la zona u otro mamífero nativo que se vea amenazado por el retorno de este pequeño mamífero. Inicialmente antes de soltar a todos los pecaríes se les colocaban radiocollares para rastrear su localización en el campo.