Hace poco más de un mes, el Bioparque Municipal “La Máxima” reabrió las puertas al público y quienes lo visitan se encuentran con un espacio que desde 2016 lleva adelante un proyecto de reordenamiento faunístico, en función de los Programas de Conservación que se impulsan desde el lugar. El objetivo es orientar al Parque hacia la conservación y reproducción de especies autóctonas, que estén incluidas en programas nacionales.
“En función de ese reordenamiento hemos hecho una reducción de especies exóticas, dejamos de tener otras y apostamos a los programas de conservación. Quienes nos visitan se encuentran con un parque que se adecua a los cambios de paradigma que estamos viviendo en este tiempo: hay que entender que los animales no entretienen”, sostuvo el director de La Máxima Flavio Maldonado.
Asimismo indicó que “la mayor parte de los animales están en un Bioparque con la finalidad de reproducción y restauración de poblaciones naturales, también de educación ambiental cuando son animales que por algún motivo no pueden ser reintegrados a un ambiente natural. La idea es siempre brindarles la oportunidad de volver a estar en su ambiente natural”.
En particular, el Director de La Máxima se refirió a los Monos Carayá, ya que los vecinos que visitan el lugar consultan por su ausencia: “al profundizar el cambio que nosotros impulsamos en el Bioparque, buscamos reubicar a los monos en programas de conservación. Hicimos contacto con diferentes instituciones para darles la mejor calidad de vida. En paralelo, tuvimos la posibilidad de ampliar nuestro Programa de Conservación de Guacamayos Rojos: pasamos de tener dos parejas reproductivas a cuatro. Aumentarlo en un 100% implicaba necesariamente reorganizar los ambientes del Bioparque”.
“Fue así que, luego de consultar con Fauna de Provincia, las autoridades pertinentes y diferentes Bioparques de la Argentina, acordamos trasladar a los monos a otro Bioparque que cumplía con las medidas de bienestar animal que tenemos nosotros”, aseguró.
En este sentido, Maldonado indicó que en el espacio en el que estaban los monos hoy se encuentran los guacamayos rojos: “nos llevó tiempo acostumbrarnos a eso. Hoy que el parque está abierto al público, la gente se encuentra con un cambio de una especie emblemática. Quieren ver los monos, pero no tienen una finalidad de conservación, sino de entretenimiento que nosotros queremos transformar en educación y programas de conservación para la restitución o repoblación de especies en espacios naturales”.
“Es un cambio fuerte, pero nos parece es necesario. Lo mismo pasó hace unos años con el león, que lo trasladamos a un Santuario en Estados Unidos. Hoy podemos decir que Leo está en un buen lugar, en condiciones mejoradas para el animal, ya que se encuentra con otros de su especie que en el Bioparque no teníamos”, sentenció.