El pasado viernes en horas de la tarde los chicos y chicas que participan del Programa Autonomía Joven compartieron el segundo conversatorio colectivo, del cual también fueron parte referentes y autoridades de la Subsecretaría de Protección Integral de Derechos. La actividad se desarrolló en la sede de la mencionada dependencia.

 

Durante la jornada compartieron experiencias e historias de vida, sus recorridos por hogares convivenciales y primeros pasos en el mundo laboral.

 

Asimismo, contextualizaron sus trayectorias personales con la situación del país, puntualmente con la demora en el pago de las becas nacionales del Programa de Acompañamiento para el Egreso de Adolescentes y Jóvenes sin cuidados parentales (PAE), destacando la importancia de reconocer el beneficio como un derecho adquirido para llevar adelante sus proyectos de vida en igualdad de oportunidades.

 

Desde la Subsecretaría de Protección Integral de Derechos, Malena Pianciola manifestó que “las juventudes destacan lo valioso de reencontrarse, de reflexionar sobre su niñez, sus emociones y el desarrollo de una vida adulta. Nos interpela a pensar en conjunto las posibilidades de acceso al mundo laboral, a enriquecernos de sus experiencias en instituciones de abrigo y a fortalecer, con estos espacios, redes de cuidado pos egreso”.

 

En consonancia, una de las beneficiarias del Programa, compartió un fragmento de una producción propia que escribió para la ocasión, reforzando el compromiso que había asumido en el primer encuentro.

 

El texto devela en su escritura la sensibilidad de la joven, y nos sumerge en la complejidad que atraviesan los chicos y chicas que vivencian estadías en instituciones de cuidado estatal, y sus sentimientos en torno a la vulneración de derechos:

Vivamos ya sufrimos demasiado como para seguir llorando

Sigamos bailando

Dejemos de juzgar como hicieron con nosotros

Escuchemos, hablemos, soltemos, gritemos.

Ya no estamos encerrados en las paredes silenciosas

Ya somos libres de pensar,

de opinar lo que queramos

Somos grandes, pero me di cuenta que te sentís un niño

Fuiste pillo, fuiste inteligente y ahora estás destrozado

Que tiene llorar, que tiene de malo, es un sentimiento que nos negaron

Si lloras son un cobarde, si bailas sos un tarado y si gritas sos un retrasado

Basta! Me canse de toda esa gilada

Voy a ser libre, curar mi pasado

No tener miedo al futuro

Ya no estoy encerrado

Ya no tengo miedo a ser juzgado

Grito, bailo, lloro, río y a todos lo que un dia me dijeron «sos un mugriento», por ser un pibe de barrio, hoy le digo que no soy un mugriento por ser de barrio

Y siendo respetuoso, tu opinión no define mi próximo destino, a ser una persona buena

Porque algunas personas como vos se dejan llevar por la apariencia externa y yo me dejo llevar por la historia, de acá persona buena.

Autora: Sheila Pérez – Beneficiaria del Programa Autonomía Jóven