Como cada año, ante la proximidad de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, la Dirección de Acción y Control Urbano hace hincapié en la importancia de generar una mayor concientización sobre los riesgos del consumo excesivo de alcohol.
Conducir bajo los efectos de alcohol aumenta no sólo el riesgo de sufrir un siniestro sino también la posibilidad de que tenga un desenlace mortal o cause traumatismos graves. El riesgo de verse implicado en un siniestro aumenta considerablemente cuando la concentración de alcohol en sangre es superior a 0,04 gramos por decilitro (g/dl).
La alcoholemia, que es la cantidad de alcohol por litro de sangre en un individuo, depende de muchos factores, pero está directamente relacionada con la cantidad y tipo de bebida que se tome.
Si bien el límite es de 0,5 g/l, se debe tener en cuenta que concentraciones menores también aumentan el riesgo de siniestros. La ley actual prevé un máximo de 0,2 g/l para conductores de motos y ciclomotores y cero de alcohol para los transportes públicos y de carga, categoría en la que se incluyen los colectivos, taxis, remises y transportes escolares.
El alcohol deteriora la función psicomotora y la percepción sensorial (vista y oído). Asimismo produce importantes efectos sobre la coordinación, la atención y la resistencia a la monotomía.
En este sentido se recomienda un consumo prudente y responsable y elegir un conductor designado, priorizando el encuentro y la alegría de compartir las fiestas con la familia y amigos sin accidentes, sin sobresaltos y/o emergencias.
Desde el Municipio, con personal afectado a las tareas de tránsito se realizarán controles de alcoholemia en distintos puntos de la ciudad y localidades tanto en horario diurno como nocturno.