Días pasados se han registrado en diversos medios de la ciudad de Olavarría la aparición de reptiles, entre ellos una culebra marrón, falsa yarará  (Xenodon dorbignyi), lagartos overos, entre otras especies.

Iniciado el verano, con la extensión de los días y el aumento de la temperatura comienzan a encontrarse diferentes reptiles, muchos se acercan a las viviendas en búsqueda de agua, por lo que solicitamos no asustarse, mantener una distancia prudencial y contactar con la Red de Rescate, Conservación y Rehabilitación de Fauna de Olavarría.

En esta estación aparecen los reptiles en Olavarría, podemos encontrar lagartos overos, culebras y  víboras de importancia médica, yararás grande y ñata, que en el Partido se encuentran en el cordón serrano del sistema de Tandilia, nuestra zona serrana donde son endémicas.

El encuentro de reptiles por parte de vecinos tiene valor de conservación, su identificación y lugar de encuentro es relevante para diversos estudios poblacionales.

Estos animales además de darnos curiosidad, pueden generar vínculos significativos con el ambiente y en caso de tener  miedo o desconocimiento  no es necesario lastimarlos ya que pueden ser  traslocados a otros ambientes donde puedan encontrar refugio,  alimento y continuar cumpliendo su rol ecológico.

Los reptiles tienen un rol ecológico  importante controlan poblaciones de roedores, de reptiles  y de anfibios que sin esos frenos naturales, causarían desbalances ecosistémicos y en el caso de roedores podrían transmitir enfermedades zoonóticas como las producidas en el sur argentino.

A medida que la ciudad se ha expandido también han proliferado los sitios con basura donde los roedores encuentran alimento y pueden reproducirse y esto atrae a sus depredadores entre las que se encuentran las serpientes.

No obstante sabemos que cuando una persona y una serpiente se encuentran, lo normal es que esta última trate de pasar desapercibida o escape si se le da la posibilidad. Por lo general, las serpientes sólo muerden cuando son pisadas o apresadas, cuando se ven sorprendidas por un movimiento repentino y no pueden huir o cuando no se hace caso a su posición defensiva y la persona se acerca demasiado superando el umbral defensivo del ofidio.

Generalmente, sale a cazar cuando cae la tarde, que es la hora en la que abundan sus presas favoritas, los roedores -lauchas de campo, ratas conejo, ratas coloradas y cuises pampeanos, por lo que es una hora en la que debiéramos extremar las medidas de prevención.

Sabemos por experiencia que resulta peligroso atravesar áreas poco conocidas (pajonales, bosques, selva, zonas inundadas, etc.), especialmente por la noche, así como trepar por rocas o árboles,  caminar en zonas donde puedan ser poco visibles por la presencia de hierba alta, desniveles en el terreno u oquedades.

Otra práctica de riesgo es introducir las manos en huecos de árboles, cuevas, nidos o fogones abandonados, levantar piedras o troncos sin tomar los recaudos necesarios, así como intentar cazar o tomar serpientes con las manos cuando parecen muertas. Es peligroso hostigar a una serpiente o manipularla.

En el Bioparque se realizan charlas educativas que permiten conocer a los reptiles y  perder el miedo a estos animales que despiertan fascinación y pánico al mismo tiempo.

Dejamos algunas preguntas comunes que hemos detectado en las charlas educativas y brindamos una respuesta:

 

¿Qué pasa si es un ejemplar venenoso?

Si un ejemplar venenoso nos muerde es imprescindible el tratamiento médico y aunque la acción del tóxico no pone en riesgo la vida del accidentado de manera inmediata, se hace urgente la necesidad de recurrir al uso de la antitoxina específica, con la mayor premura concurriendo a un centro de salud próximo.

¿Qué hacer si encuentro un animal?

Ante la presencia de animales silvestres, la recomendación es no hacerles daño y comunicarse inmediatamente al 103 (Defensa Civil) o al 100 (Bomberos Voluntarios) de Olavarría o al 423211 (Bioparque “La Máxima”), tratando de no perder de vista el ejemplar y no tratar de capturarlo por el riesgo que esto implica tanto para el animal como para las personas que intentan manipular de los mismos.

Precauciones a tomar en  áreas donde se encuentran ofidios

  • No salir al campo sin zapatos y ropa adecuada: Para caminar por la hierba alta o en la maleza lo mejor es llevar pantalón de loneta, con botamanga ancha, botas altas de cuero o goma gruesa por debajo de los pantalones.
  • No acercarse a las serpientes. Si no es posible alejarse a tiempo, abstenerse de hacer movimientos bruscos.
  • No tocar nunca a una serpiente, ni siquiera aunque parezca muerta. Algunas se quedan inmóviles para que no las ataquen.
  • Tener precaución al atravesar áreas poco conocidas (pajonales, bosques, zonas inundadas, sendas, etc.), es recomendable hacerlo acompañado por perros lugareños (animal centinela).
  • Cuando se va a realizar una actividad en un área con presencia de ofidios, informarse sobre las serpientes venenosas locales consultando con alguien que conozca las mismas. Aprender a distinguirlas y enterarse de dónde pueden encontrarse. La mayor parte de ellas vive a nivel del suelo en cuevas, bajo rocas, troncos o arbustos.
  • Tomar mayores precauciones por la noche, ya que es entonces cuando desarrollan su mayor actividad muchas serpientes.
  • Indicar a los niños que no anden descalzos, que preferentemente lleven botas y que lleven una linterna cuando salgan por la noche (siempre es preferible que no salgan). También recomendarles que no hostiguen a ninguna serpiente.
  • Los niños pequeños deben ser llevados en andas al atravesar zonas con potencial presencia de ofidios.
  • En zonas con ofidios, colocar en las aberturas de las casas alambre tejido o similares a fin de impedir la entrada de los ofidios al domicilio.
  • No levantar piedras o troncos con las manos desprotegidas, ni meter la mano o el pie en agujeros del terreno, en huecos de árboles, cuevas, nidos y fogones abandonados. Antes de pasar sobre un tronco o roca examinar bien el otro lado por si hay serpientes y, si es posible, tantear con un palo.
  • Mantener el espacio peridomiciliario con pasto corto, libre de malezas y residuos que puedan atraer roedores que constituyen uno de los alimentos de los ofidios.
  • No dormir en el suelo. Durante el sueño la persona podría colocarse sobre una serpiente al cambiar de postura, ya que las serpientes podrían acercarse guiadas por el calor corporal.
  • Deben protegerse los predadores naturales de los ofidios venenosos (aves rapaces, algunas culebras) puesto que constituyen efectivos controles biológicos que evitan un desmesurado aumento de su población.
  • En zonas con ofidios, colocar en las aberturas de las casas alambre tejido o similares a fin de impedir la entrada de los ofidios al domicilio.

Por último, se informa que desde el Bioparque se brindan charlas de ofidismo a instituciones educativas y de la sociedad civil durante todo el año.