El Bioparque Municipal “La Máxima” trabaja junto a instituciones educativas en alianzas estratégicas en la que las respectivas instituciones cumplen objetivos educativos y de colaboración.

En este marco, estudiantes de escuelas de formación técnica realizan prácticas profesionalizantes en el Bioparque. Una de ellas es la Escuela de Educación Agraria Nº 1. Los estudiantes que forman parte de esta experiencia en el Bioparque son Nahuel Tobio y Francisco Ponce, a cargo de la profesora Ignacia Martorano y la Directora de la institución Sandra Botasi.

El primer día los estudiantes recorrieron se interiorizaron sobre el proyecto de la Granja Educativa Integrada y Vivencial, delinearon parte de las actividades y programas en los que podrán participar articulando con otras profesionales, trabajadores e instituciones como Helen Keller, Voluntarios del “Almacigal”, Cumelen, entre otras. En los días posteriores comenzaron un trabajo de puesta en valor de la granja mediante diferentes trabajos de alambrado, restauración y arreglos.

Flavio Maldonado, director del Bioparque, destacó que “el programa y proyecto educativo de la Granja persigue un sentido que trasciende el simple hecho de tener animales: en la granja que estamos pensando y llevando adelante los niños y adultos podrán tener contacto vivencial, se recibirán animales para rehabilitación como los caballos que ya han pasado ese proceso, podrán juntar los huevos en un gallinero, ordeñar una vaca, hacer pan, aprender oficios de esquila o alambrar, entre otros. Pensamos una granja dinámica que permite abordar contenidos escolares transversales y vivenciales donde se respete siempre el bienestar animal”.

El trabajo es llevado a cabo por los estudiantes bajo la guía de la Profesora Martorano, mientras que el aporte de los materiales los realiza el Municipio a través de la dirección del Bioparque y la Subsecretaria de Cultura y Educación de la Secretaria de Desarrollo Humano y Calidad de Vida.

Tal como se establece desde la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, en las prácticas profesionalizantes los alumnos articulan experiencias entre la escuela y el universo laboral; su tarea es coordinada por docentes y desarrollada en empresas, fábricas u organismos no gubernamentales, entre otros, para aplicar en esos ámbitos sus conocimientos teóricos y probarlos en la práctica.

Los jóvenes y los trabajadores intercambian saberes para su propio perfeccionamiento y también lo extienden a las demandas productivas de sus espacios sociales.

Los alumnos se complementan con los trabajadores a los fines de aprender de sus experiencias y conocimientos.